Lectura. Mañana azul (Amanecer Rojo III)

Mañana azul (Amanecer Rojo III)
Pierce Brown
Páginas: 672
Año: 2017
Molino

Arriesgándolo todo para hundir la Sociedad dorada, Darrow ha sobrevivido a las despiadadas rivalidades entre los guerreros más poderosos. Ha logrado ascender y ha aguardado pacientemente el momento de desencadenar la revolución que acabará con la jerarquía desde dentro. Por fin ha llegado la hora…. TRAICIONADO POR SUS ALIADOS. ABANDONADO A LA OSCURIDAD. UNA VOZ SE ALZARÁ POR LA JUSTICIA. Para vencer, necesitará persuadir a los que están sumidosen la oscuridad para que rompan sus cadenas y reclamen un destino que se les ha negado durante mucho tiempo. Un destino demasiado glorioso para renunciar a él. CUANDO LA LIBERTAD ESTÁ A TU ALCANCE LA ESPERANZA SE CONVIERTE EN TU ENEMIGO.

¡¡Aquí tengo uno de los desenlaces más esperados del 2017!! Llevo un poco de retraso a la hora de publicar las reseñas pero esto si que es acabar fuerte el mes de febrero, Mañana Azul seguro se va a convertir en uno de mis libros favoritos del año por todo lo que guarda entre sus páginas pero sobre todo por sus personajes que se mantienen desde los anteriores: con mucha garra. Recordemos que se trata de la tercera y última parte de la trilogía Amanecer Rojo cuya lectura hice en los últimos meses del año pasado y me dejó con muchas muchas ganas de más tras Hijo Dorado con ese final que te deja a cuadros, a rayas y a todos los colores posibles.

En Mañana Azul mantenemos prácticamente los mismos personajes pero con cambios a nivel personal, algunos volviéndose más introspectivos  y otros volviéndose más despiadados. Y desde aquí irán algunos spoilers.

Dejamos a Darrow en el final de Hijo Dorado, siendo capturado por las fuerzas doradas con Chacal a la cabeza, siendo torturado durante casi un año en la más absoluta miseria y oscuridad, como debe de ser un rojo según los alineados con el gobierno. Los Hijos de Ares comandados ahora por Sevro siguen haciendo guerrilla en los diferentes planetas intentando movilizar a todos los colores, enfrentados en un conflicto en el que parecen llevar las de perder.

Tras conseguir liberar a Darrow, su cabecilla e imagen, los Hijos se verán en la tesitura de saber cómo enfocar ese ascenso o por el contrario, cómo enfrantarse a la más absoluta caída bajo el yugo de los dorados.

La misión de todos ellos seguirá siendo la de alentar, animar y alistar en sus filas al mayor número de colores empezando por los rojos y terminando por los terribles obsidianos e incluso buscando alianzas con los dorados, alianzas que pueden volverse en su contra en cualquier momento.
Dichas alianzas en más de una ocasión no serán bien vistas, parecen frágiles y cambiantes y creará más de una situación de desconfianza entre los diferentes miembros de los Hijos de Ares.

Además, Darrow tras su liberación está destrozado, casi no reconoce a quien le rodea e incluso en más de una ocasión parece no fiarse de nadie ni siquiera de sí mismo. Continua siendo un líder atormentado pero con la firme resolución de que lo que se hace es por un bien mayor, un bien que conseguirá la igualdad de todos los colores.  Por otro lado, seguimos conociendo un poco más al resto de personajes a los que se coge cariño a pesar de sus rarezas, siento especial predilección por Victra y Sevro, atormentados, directos. En cambio, Mustang con su cabeza siempre amueblada parece un poco repipi aunque podemos decir que es el perfil típico de dorado igual que Casio o Roque, pero tampoco me llegan a caer mal. Hay otra multitud de personajes que podría nombrar puesto que tienen presencia en mayor o menor medida en la toma de decisiones o simplemente en darle más vidilla a todo el asunto pero la lista sería interminable.

De nuevo Pierce Brown nos deja más de un susto, alegrías, penas y luchas sangrientas donde nuestros protagonistas se verán perjudicados de muchas maneras, ya que son muchos los que caen por el camino. Desde luego es una novela que consigue mantenernos muy atentos con la intención de ver cómo se soluciona toda la guerra y de quién será el dominio no solo de Marte sino de todos los planetas.