domingo, 25 de marzo de 2018

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Cuadernos de viaje: Costa Rica III: de la montaña a la costa

¡Hola lectores viajeros!  ¿Os apetece dar una vueltita por las playas de Costa Rica? Porque... ¡allá vamos a explorarlas en la tercera entrega del viaje por las américas!


En la última entrada del viaje costarricense nos quedamos en la montañosa zona norte visitando El Volcán Rincón de La vieja, desde aquí nos trasladamos hoy en un viaje por carretera de unas 3 horas hasta la montañosa Santa Elena, población aislada que vive del turismo principalmente debido a la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde, y otros parques similares de la zona.
uno de la decena de puentes de Selvatura
El camino para llegar aquí fue el más accidentado de toda Costa Rica y es que las carreteras en determinado tramo estaba sin asfaltar, por lo que los barrizales son comunes. Por lo visto es algo que no preocupa a los habitantes de la zona puesto que de esta manera, y a pesar de vivir del turismo, no quieren que el acceso sea tan fácil para evitar así convertirlo en un turismo más masificado -aunque realmente ya lo está, ya que el pueblo está plagado de hoteles, hostels y restauración para el turista- es sobre todo una zona más dirigida a montañeros y senderistas acostumbrados aunque ya debido decir que las rutas no son nada complicadas.


Centrándonos en la visita, llegamos a Santa Elena anocheciendo, queríamos llegar antes de que se fuese la luz para evitar como decía, esas carreteras peligrosas por la noche, nos alojamos en el Hostel Cabinas Al Golfo, tiene una vista de todo el valle con posibilidad de habitaciones compartidas o no, eso sí, los baños siempre lo son. El hostel estaba bien, incluía mantas en la habitación ya que es una zona en la que sopla mucho el viento y en la que la lluvia es casi perenne, de ahí su espectacular flora. En cuanto a la recepción fue amable, por lo que no me puedo quejar de nada.

El colibrí se posa en tu mano para comer néctar
Al día siguiente, nos levantamos dispuestos a coger el día con ganas, empezando por el desayuno americano típico: sucedáneo de zumo, tortitas, fruta. De aquí nos dirigimos a la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde, a unos 13 km de la localidad, bajo una lluvia (de nuevo) intermitente. Ha sido el único lugar donde nos han explicado posibles rutas dentro del parque, recomendaciones, folleto típico, etc. Como se nota que es una reserva privada (20$/persona, horario: 7 a 16h)
Esta reserva se ha convertido en la más grande de la zona con la vegetación propia de la zona montañosa, con especies de más de 100 mamíferos y otras tantas de anfibios, pudiendo encontrar hasta jaguares o monos capuchinos (auqnue nosotros no vimos apenas animales) teneindo además más de 500 variedades de orquídeas. El parque cuenta con varios senderos detallados en el mapa que se pueden seguir y conectar unos con otros, es un lugar muy húmedo y con lluvia y niebla, que como digo nos tocó de nuevo haciéndose cada vez más constante, así que chubasquero y a intentar disfrutar de algo.

Hay varios miradores pero había unas nubes tan bajas y con cierta niebla, es una zona montañosa como os recuerdo, por lo que no pudimos ver nada, literalmente jajaja se cruza un puente colgante de  40 metros, que es la típica estampa del parque. No tardamos más de 2 horas y lo alargamos porque repetimos determinados tramos de senderos -somos así de masocas- ya que no teníamos nada más planeado para el día pensando que sería más largo y cansado... Así que a comer a la cocina del hotel y una tarde de descanso por el pueblo, que no tiene mucho que aportar, la verdad.
Al día siguiente nos dirigimos, ya con todos los bártulos recogidos, hacia Selvatura Park, donde nos esperaba una de las actividades más conocidas de la zona, ¡el canopy! (tirolina). Una extensión de  más de 15 saltos, incluído un tarzán que no me atreví a hacer...volando por los aires. Por suerte el día salió sin lluvia y pudimos disfrutarlo con tranquilidad, pensé que daría más miedo pero es bastante sencillo y fue más la inseguridad del viento que te mueve que el trayecto en sí, el recorrido más largo era de un kilómetro entre árbol y árbol!. Una experiencia recomendable. En Selvatura Park,, cogimos también la visita a los puentes colgantes y el jardín de colibríes (todo 80$/persona). 

por mi cala privada
Nuestro día en la zona termina y vamos a iniciar nuestro recorrido por la costa del país, por lo que nos dirigimos con nuestro coche hacia la costa del Pacífico, parando a visitar Puntarenas, una de las ciudades más pobladas de la costa pero con poco que aportar la verdad, la playa estaba sucia sucia, cosa que no te esperas en un lugar así. Tras parar brevemente nos dirigimos hacia Quepos, una población que vive de la fiesta y del turismo de uno de los parques más conocido, Manuel Antonio. El parking hay que pagarlo desde hace un año, por lo que si puedes ir andadno desde tu hotel mejor, nosotros nos alojamos en el hostel Resort Manuel Antonio, que el resort sería para otros porque estábamos en una habitación húmeda, con una ventana gigante a un pasillo ¿? menos mal que tenía cortinas... con el aire acondicionado de toda la zona en toda la pared, con lo que se escuchaba constantemente y la cocina jsuto al lado con unos norteamericanos que iban cerveza tras cerveza.

A la mañana siguiente, tras amanecer medianamente descansados y con un bochorno increíble puesto que había habido tormenta durante la tarde noche anterior, nos dirigimos al famoso parque Nacional Manuel Antonio (15$/persona, horario: 8 a 16h). Se inaugura en 1972 y tiene una extensión de 1.625 hectáreas, siendo uno de los más pequeños del país. Nos encontramos con un bosque tropical húmedo con pequeños reductos de bosque primario, salpicado de manglares y playas de arena clara. Aquí nos encontramos mogollón de españoles, que siempre hace ilusión, buscando a los perezosos ya que es una de las zonas donde habitan y efectivamente los vims,s en las copas de los árboles pero estaban.

SOL TE AMO
Este parque tiene varias playas: Espadilla Sur, Puerto Escondido y Manuel Antonio pero también encontramos Punta Catedral y Punta Serrucho, que las podemos ver con los miradores que en las ditintas zonas pero también pequeños calas como Las gemelas. Es sorprendente la cantidad de gente en este parque, pero sobre todo en una de las playas y lo curioso, es que cruzando un pequeño camino encontrabas otra mucho más larga y extensa y lo mejor de todo, donde no había nadie, fue el primer contacto verdadero con lo que se considera una playa paradisíaca, de verdad, fabulosa y muuuy tranquila. Aquí un mapache nos intentó robar la bolsa, el muy cotilla, menos mal que no teníamos nada para comer porque sino hubiese salido más rápido corriendo. El mapache y el mono de cabeza blanca es común en el parque, y aunque a los turistas nos hace mucha gracia más de uno va corriendo con sus cosas detrás de ellos.

Por ahora nos despedimos de Manuel Antonio para seguir poniendo rumbo al sur del país... para llegar a un lugar que me encantó y desvelaré en la próxima (y última entrada). Por lo pronto os presento la hamaca en ese lugar que me dejó leer tranquilamente en una plena noche de verano. 

Leyendo un ratito para luego traeros las reseñas jajj

12 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Ayyy que envidia de fotos :D

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  2. ¡Hola!
    Caramba, pero es que todo se ve precioso. Estoy un poco obsesionada con los mapaches, así que me encantaría ver a la gente corriendo tras uno haha xD
    Espero ver cuál es el tan increíble lugar que te dejó enamorada.

    Besitos <3

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  3. ¡Hola! Parece un lugar precioso. Que suerte poder viajar así ^^
    Un beso.

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  4. ¡Hola! ^^
    Las fotos me han encantado (especialmente la última), y me parece muy interesante todo lo que cuentas. Se nota que disfrutaste mucho en ese viaje. Costa Rica tiene que ser un auténtico paraíso, aunque personalmente no me llama tanto como otros países.

    Besos!

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  5. Hola! Que viaje más chulo, la verdad es que es un lugar que me encantaría visitar y después de leerte a ti más aun. Y esa playa... me ha gustado mucho :)
    Besos!

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  6. Jooo que precisidad!! me alegra que disfrutaras del viaje.

    Un beso

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  7. Hola,
    no me importaria nada descubrir Costa Rica, sobre todo esos paisajes tan bonitos... me pilla un poco lejos, pero quien sabe... quizas un dia me anme
    Besotes

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  8. ¡Hola, María! ^^

    ¡¡Pero qué pasada!! :D Las fotos son lindísimas :) Me ha encantado todo lo que cuentas. Bueno, menos lo de la habitación que da al pasillo. En serio, ¿cómo es posible? ¡Benditas cortinas! jajajajajajaja
    Las fotos son muy bonitas ^^ Me ha encantado la del sol xD Pero, oye, muy guay eso de tumbarse en una hamaca a leer tranquilamente, sí, sí ^^
    Espero con muchas ganas la siguiente entrada :D
    ¡Por cierto! Yo veo que un mapache se lleva mi bolso corriendo y creo que me da un algo jajajajajajajaja
    ¡Un besazo muy pero que muy grande y feliz lunes, guapísima! ^^

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  9. ¡Hola! Madre mía que envidia de fotos, que playa más bonita y yo aquí muerta de frío con bufanda aún saliendo a la calle... Quién pudiera tener una hamaca para leer así uf. ¡Besos!

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  10. ¡Hola! No he viajado a Costa Rica y la verdad que nunca me lo he planteado pero viendo tus fotos y tu experiencia creo que es un buen sitio al que viajar, al menos una vez en la vida.
    El mapache estuvo rápido, aunque no tanto :P.
    Un beso desde Jardines de papel .
    ¡Nos leemos!

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  11. Kaixooo ^^
    Me has descubierto un país del que pensaba cosas muy distintas. Todo es tan verde y tan virgen *_* ¡Y qué siga así durante muchos años!
    Menos mal que pudisteis tener solecito y momentos de relax, una tarde sin hacer nada disfrutando del paisaje siempre viene bien ;)
    Y sip, hace ilusión encontrar a otros españoles. Te hace sentir que no estás tan lejos de casa.
    ¡Besotesss!

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  12. Hola! que chulería, estoy loca por viajar. Se nota que te lo has disfrurado, que bueno !!

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