miércoles, 24 de julio de 2013

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Lectura. Esmeralda

Después de terminar el segundo libro de la trilogía con un sabor amargo, debido a su poca relevancia y sobre todo por su lentitud en descubrir algo. Con este tercero se avanza al final.

En este se nos introduce a Raphael el hermano francés de Gideon, que dará cierto toque de humor juntandose con Leslie, la divertida amiga de Gwenny, en la investigación del cronógrafo y el secreto que guardan los Vigilantes. Con la reciente relación de Gwenny y Gideon en un continua tira y afloja y tras descubrir la joven que Gideon jugaba con ella al final del segundo libro, verá que es difícil confiar en nadie.

Gwen tomará las riendas e intentará descubrir por si misma y con la ayuda de su abuelo en el pasado qué ocurrió con el primer cronógrafo que tenía las muestras de los 10 primeros viajeros y que escondieron Lucy y Paul. La amenaza del Conde de Saint Germain permanece latente y ninguno parece desconfiar de él, a excepción de Gwen y de un reticente Gideon al principio, que se verá convencido por las ideas de la chica.

Tendremos un final un poco sorprendente, desvelando el misterio del cronógrafo y del Conde pero al mismo tiempo predecible. Al contrario que he leído en otros blogs, no me ha parecido un final abierto, puesto que todo se descubre, solo que es un final en el que nadie se ve directamente perjudicado.

Creo que los viajes en el tiempo se les puede sacar mucho más jugo del que Kerstin Gier ha sabido exponer en esta trilogía, pero contemos que es un novela juvenil y sin demasiadas complicaciones para el público al que va dirigido.

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