Sonea es una maga negra de origen humilde residente en Kylaria, debido a su pasado rebelde y guerrero tiene prohibido salir de determinados círculos e incluso de la ciudad donde reside, Imardin. Su hijo Lorkin, fruto de su relación con el difunto Gran Lord Akkarin, ansía vivir aventuras pero sobre todo descubrir retazos de la historia entre la guerra de Kyralia y Sachaka y por eso decide presentarse como voluntario para ser auxiliar del embajador en las tierras de Sachaka.
Durante su breve estancia en el país, donde tienen unas costumbres muy distintas a su país de origen, Lorkin se ve envuelto en un "secuestro" que le llevará a conocer una nueva sociedad conocida como los Traidores, de los que no se conoce mucho, más allá de que están dirigidos por mujeres.
Al mismo tiempo Cery, un antiguo amigo de Sonea, se verá obligado a recurrir a sus artimañas de ladrón y a la ayuda de la maga y del Gremio para poder descubrir quien es el CazaLadrones, que parece un misterioso justiciero que ayudado por la magia ha decidido aniquilar a todo ladrón prominente de la ciudad y a sus familias, dando dónde más duele, como es el caso de Cery.
Sonea, envuelta en ambas situaciones y con la libertad reducida a unos pocos pasos se verá ansiosa por decidir qué hacer, a quién ayudar cuando la vida de su hijo está en paradero desconocido y con la amenaza de ser expulsada del país si traspasa las fronteras impuestas.
Una novela de aventuras fantástica, que en cierto modo me ha recordado a la saga de Geralt de Rivia, aunque no tienen mucho que ver en realidad. Al principio puede resultar un tanto confusa por la gran cantidad de nombres y personajes que participan sin ponerte en antecendente, pero una vez los memorizas consigue atraparte para ver qué sucede con cada uno de nuestros protagonistas.
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