
John Green
Páginas: 320
Año: 2014
Nube de tinta
Una historia tocada por la emoción de un road trip, en una trama que
combina de forma magistral golpes de humor, brillantes reflexiones sobre
el amor y diálogos cargados de vida.
Según Colin Singleton existen
dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda,
pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina,
sino la Katherine número diecinueve, que le ha roto el corazón. Para
escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que
explique la maldición de las Katherine, Colin emprende junto a su amigo
Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de
Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre
es la mejor compañera de viaje.
Opinión Personal
John Green me dejó buen sabor con Bajo la misma estrella, me resultó ciertamente indiferente con Ciudades de papel y ahora traigo El teorema Katherine, donde sus protagonistas vuelven a ser adolescentes apuntos de dar el paso al mundo adulto.
El protagonista principal es Colin, un chico cuya principal característica es que es un genio o como diría él, es alguien con buena memoria y habilidad para hacer anagramas, porque genio es aquel que ha hecho algo, que ha descubierto alguna cosa... y él todavía no lo hahecho, por ello se dispone a hacer una fórmula de lo que él llama el Teorema Katherine ¿en qué se basa? En que en su vida han pasado XIX Katherine, sí, todas con el mismo nombre, y cada una de ellas le ha dejado. Hundido en la ruptura con la última Katherine, la XIX, se embarca en un viaje por carretera con su amigo Hassan, un musulmán con poca decisión para el futuro.
En ese viaje recién imporvisado y como última oportunidad para poder hacer algo diferente, Colin descubrirá qué sucede con el teorema que servirá para predecir las relaciones futuras pero ¿realmente lo puede aplicar a todos? Eso es algo que descubriremos al final.
-¡Palomino!
Tenemos por tanto una novela de descubrimiento, de búsqueda de la identidad e indecisión por el futuro que está por llegar y al mismo tiempo de inseguridades y fortalezas pues lo que uno no valora si puede hacerlo otro, solo hay que dejar de mirarse el ombligo. En definitiva, me ha resultada una lectura ligera, agradable y con mucho que contar.
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