Dolores Redondo

Año: 2014
Una mujer denuncia que la muerte súbita de su nieta, oficialmente una
muerte de cuna, le parece sospechosa tras el comportamiento extraño del
padre de la niña, que ha sido detenido cuando i
Opinión Personal
Traigo el desenlace, la última parte de la trilogía del Baztán que salió el pasado 2014 y ha sido bastante conocida en los círculos literarios, para bien o para mal. Si en Legado en los huesos,
dejábamos a Amaia, la inspectora foral, solucionando un nuevo caso donde el psiquiatra Berasategui era el culpable, y además implicaba a su madre Rosario, esa mujer que la atormenta desde pequeña cuando quiso matarla en su propio obrador. En Ofrenda a la tormenta tenemos de vuelta a estos personajes y unos cuantos más, pues la colaboración policial, científica y la implicación de la tía Engrasi y sus hermanas son siempre bienvenidas en casos como estos.
Todo comienza con un suceso bastante extraño, un padre que se lleva el cadáver de su hija en una mochila, el hombre dice palabras raras que no tienen mucho sentido mientras que la abuela, quien cuidaba del bebé mientras murió indica que es el inguma, un ser mitológico de la cultura vasca que roba el aliento de la persona hasta matarla mientras duerme. Amaia y su equipo se encargan del caso al descubrirse que el bebé había asesinado y no ha sido una muerte de cuna como se pensaba en un principio, el padre no da pistas solo que debe de entregarlo y se comporta con su mujer de forma sospechosa. A partir de este caso se desencadena todo de forma muy rápida pues Amaia, convencida además de que su madre, desaparecida en el río durante el desenlace de Legado en los huesos, aún no está muerta, verá como se entrelaza caso tras caso mientras surgen nuevos casos de bebés muertos en el tiempo, guardan un patrón pero ninguno de los investigadores termina de dar con el qué y sobre todo con quién es el que orquesta todo esto.
Amaia además verá peligrar su vida personal, línea que no me queda muy clara durante la lectura, es muy ambivalente esta mujer o quizás se deba al influjo de...
Con accidentes y muertes inesperadas, Dolores Redondo nos sorprende y nos lleva hasta un final que puede sorprender aunque antes de la mitad de este libro ya sabes por donde van los tiros debido a diferentes comentario como los del agente Dupree. Además, Jonan Etxaide, el leal antropólogo policía se verá también envuelto en la trama siendo un punto clave y demostrando que es alguien importante para la resolución de los casos de la inspectora. Misterio políciaco, misterio personal y todo impregnado de reminiscencias mágicas que hacen que por puntos pueda ser confuso pero que dejan un buen sabor de boca al ir juntando las miguitas de pan que nos dejan las pistas de los casos.
Traigo el desenlace, la última parte de la trilogía del Baztán que salió el pasado 2014 y ha sido bastante conocida en los círculos literarios, para bien o para mal. Si en Legado en los huesos,
dejábamos a Amaia, la inspectora foral, solucionando un nuevo caso donde el psiquiatra Berasategui era el culpable, y además implicaba a su madre Rosario, esa mujer que la atormenta desde pequeña cuando quiso matarla en su propio obrador. En Ofrenda a la tormenta tenemos de vuelta a estos personajes y unos cuantos más, pues la colaboración policial, científica y la implicación de la tía Engrasi y sus hermanas son siempre bienvenidas en casos como estos.
Todo comienza con un suceso bastante extraño, un padre que se lleva el cadáver de su hija en una mochila, el hombre dice palabras raras que no tienen mucho sentido mientras que la abuela, quien cuidaba del bebé mientras murió indica que es el inguma, un ser mitológico de la cultura vasca que roba el aliento de la persona hasta matarla mientras duerme. Amaia y su equipo se encargan del caso al descubrirse que el bebé había asesinado y no ha sido una muerte de cuna como se pensaba en un principio, el padre no da pistas solo que debe de entregarlo y se comporta con su mujer de forma sospechosa. A partir de este caso se desencadena todo de forma muy rápida pues Amaia, convencida además de que su madre, desaparecida en el río durante el desenlace de Legado en los huesos, aún no está muerta, verá como se entrelaza caso tras caso mientras surgen nuevos casos de bebés muertos en el tiempo, guardan un patrón pero ninguno de los investigadores termina de dar con el qué y sobre todo con quién es el que orquesta todo esto.
Amaia además verá peligrar su vida personal, línea que no me queda muy clara durante la lectura, es muy ambivalente esta mujer o quizás se deba al influjo de...
Con accidentes y muertes inesperadas, Dolores Redondo nos sorprende y nos lleva hasta un final que puede sorprender aunque antes de la mitad de este libro ya sabes por donde van los tiros debido a diferentes comentario como los del agente Dupree. Además, Jonan Etxaide, el leal antropólogo policía se verá también envuelto en la trama siendo un punto clave y demostrando que es alguien importante para la resolución de los casos de la inspectora. Misterio políciaco, misterio personal y todo impregnado de reminiscencias mágicas que hacen que por puntos pueda ser confuso pero que dejan un buen sabor de boca al ir juntando las miguitas de pan que nos dejan las pistas de los casos.
0 comentarios:
Publicar un comentario