jueves, 3 de junio de 2021

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Lectura. El arte de engañar al karma


El arte de engañar al karma
Elísabet Benavent
Páginas: 696
Año: 2021
Suma



Una aspirante a actriz cansada de hacer castings...

Un artista reconocido en plena crisis creativa...

Unos valiosos cuadros encontrados en un desván...

Y el arte del engaño para cambiar las leyes del karma.




Opinión personal 

Es bien sabido que Benavent es una de mis autoras españolas favoritas. La frescura (o ¿quizás sea la locura?) de sus protagonistas femeninas es algo que me suele atrapar en la mayoría de las ocasiones, y es quizás, lo que mejor le funciona con su público lector.

El arte de engañar al karma llega en un momento personal complicado para la autora y quizás eso se ha visto reflejado en sus páginas. Veamos de que va en esta ocasión la historia.

Catalina es una joven de 30 años que trabaja como teleoperadora pero se ha preparado toda su vida para ser actriz, a pesar de ese esfuerzo la suerte no llama a su puerta casting tras casting.
Un día limpiando de trastos la casa del pueblo, se encuentra unos cartas de amor, unos cuadros... y unos kimonos. Todo eso es de su tía abuela Isabela, una mujer adelantada e intrépida para su tiempo. Cata, con permiso de su madre, decide vender esos cuadros y ver si así saca algo de pasta. 

Tras su primera incursión en el rastro madrileño y retirarse de manera poco exitosa y digo poco exitosa porque no ha conseguido ganar ni un mísero euro, se topa con Eloy, un marchante de arte que quiere apostar por ella. Sí, digo por ella, porque Catalina sin saber muy bien cómo (o sí, que se encuentra obnubilada por un tío atractivo, ay!) termina diciendo que son suyos, de su puño y pincel. 

Acababa de acomodar los cuadros contra la fachada y de dejar mi cerveza en la mesa cuando lo vi. LO VI. Hostias, si lo vi. Lo vi yo, lo vio el cosmos, lo vio el eje de la Tierra, que debió de sufrir un desplazamiento con el terremoto de diez mil en la escala de Richter que me provocó en el centro del pecho semejante espécimen de macho humano.

 

Catalina al principio lo que quiere es ligar con Eloy, porque le parece un tipo de toma pan y moja, ya sabéis eso de las primeras impresiones. Y es que Catalina con toda su bocaza es también una romántica que intenta buscar el amor a través de citas Tinder, así que ¿por qué no iba a ser su príncipe azul este guaperas que se ha cruzado en su camino? ¿Será el destino que por fin le juega buenas cartas?
Catalina se verá metida en un embolao' bastante curioso porque esta chica no tiene ni idea de arte, ni de cómo comportarse en el mundillo ni de nada de nada. Y es que además, tiene un karma muy malo.

Centrándonos ahora en nuestro protagonista masculino cuyo nombre es Mikel, nos encontramos con un artista que le da a varias disciplinas. Es un tipo tirando a solitario porque está muy centrado en su trabajo aunque tiene su humor irónico. Es quizás lo que podemos calificar de un hombre misterioso por cómo se comporta y donde desarrolla su campo de acción. Este tipo de hombres es algo que le suele gustar bastante a Benavent, contarnos cositas de estos hombretones y poniéndoles un punto introspectivo que nos atrapa y nos hace confiar en que el género masculino también tiene sentimientos por mucho que a veces les cueste expresarlo.

No hay mucha gente que me conozca de verdad. Creo que ni siquiera mis padres pueden decir que me conocen bien. Desde bien joven he sido un experto en mostrar una cara impersonal, capaz de colgarme una careta carente de emociones.

Los tira y afloja entre ambos son a veces un descojone, y otras veces duelen. Se huele desde el minuto uno que estos dos se atraen como la luz a una polilla aunque su comienzo empiece con más de un tropezón.  


- Me había parecido escucharte decir que no crees en las musas...
-Y no creo - se inclinó y, muy cerca de mi oído concluyó-: Debe de ser que me excita el olor del fraude.

Mikel anda en una sequía creativa, o al menos en un momento que no es tan creativo y satisfactorio como le gustaría pero poco a poco se da cuenta de que Catalina le supone un desafío, que no es como otras chicas, tiene respuestas rápidas y le hace estar bien excitado, y no me refiero a lo sexual (al menos no solamente :D) 

- Vaya careto
-Gracias. Es un nuevo tratamiento de belleza. Se llama: llora hasta quedarte afónica porque tu vida es una mierda. Tu también estás muy bien, así, con tu cara de imbécil habitual. 
-¿Has dormido?- Frunció el ceño sin abandonar la sonrisa burlona-. Estás realmente... deteriorada.
-Deteriorada ¿eh? Es la manera más elegante en la que me han llamado fea.

Catalina como personaje es un poco histriónica (tal como nos tiene acostumbradas Benavent), un tanto impulsiva y con mucho carácter. Me encantaría cruzármela por Madrid vestida con uno de sus coloridos kimonos sacados del baúl de la tía Isa, adoptando ese papelón que le ha tocado sin pretenderlo demasiado. Cata irá pasando por diferentes etapas, ella es la verdadera protagonista de esta historia.

La pena es un concepto bastante abstracto y subjetivo. A cada cual nos ataca de un modo. Tiene cientos de maneras de ser expresada... y vivida. En cada piel tendrá una forma. En cada boca,, un sonido. Y en cada pecho, una duración.

No he entendido muy bien a Mikel en esa última etapa, por qué trata así a Cata. En realidad, si creo que lo he entendido pero no me ha gustado ya que parece un caprichoso. Si es verdad, que no todos aceptamos los sentimientos ni las consecuencias que pueden traer al mismo ritmo ni de la misma manera, es complejo saber llevar las emociones, pero me ha parecido feo la manera de manejarlo. Quienes lo hayáis leído ya sabréis a qué me refiero, a eso que se llama miedo y aceptación. 

El abrazo es complejo. Es un idioma polisémico. Es un verbo de conjugaciones infinitas. El abrazo es el sexo sin orgasmo... o el orgasmo sin sexo. La piel por la piel. Un alfabeto sin correspondencia. Una palabra que se pronuncia en silencio. Y cuando alguien te abraza de verdad, estás perdido.

A lo largo de las páginas de El arte de engañar al karma se nos deja ver cómo puede ser ese amor: desde el descubrimiento y la aceptación de sentimientos, hasta llegar al tope y bajar desplomada bajo la losa del rechazo. Toda una montaña rusa, que a veces puede ser un viaje extraordinario y otras un verdadero desastre.

Los sonidos pueden tener colores, ¿sabes? Y temperatura. Y sabor. Y tacto. Más allá de la sinestesia, cuando estás con la persona adecuada, las risas colisionan contra todos los sentidos.

En definitiva, una novela que aunque no estará en mi top 3 de Benavent deja un buen sabor de boca. Mantiene la chispa de sus personajes femeninos, con mucho menos erotismo que otras de sus novelas, lo cual para mi es un punto a favor, y con muchas, muchas emociones por delante.

                                            ¿Qué os ha parecido? ¿Os ha convencido?




Puedes ver más reseñas de otros libros sobre la autora por aquí :)




1 comentario:

  1. ¡Holaaaaa!

    Pues veo que esto es una auténtica montaña rusa, me gusta que te mantenga al filo todo el rato jajaj
    Tengo muy pendiente a la autora aunque no se si este es su título que más me llama, creo que primero me animaré con otros jaja

    ¡besos!

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